Me siento a la mitad.
Incompleta.
Desproporcionada.
Me siento incómoda.
Aturdida.
Necesito cambios.
Van tomando forma contradicciones, en menos de un segundo.
No me gusta los extremos, pero vivo en ellos. Espero lo inesperado.
Vivo en mi propia versión de constante cordura.
Soy un reloj que se ha quedado sin tiempo, sin forma y sin espacio.
Y me sostengo, me sostengo, me sostengo.
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